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¿Por qué me ha gustado Blancanieves?


Porque si, la verdad es que me ha gustado... (crítica publicada en filasiete)
Hay películas sorprendentes y ésta es una de ellas. Si no la firma Pixar, no esperas casi nada de una versión para adultos de un cuento tradicional. El último fiasco fue la Caperucita Roja de Catherine Hardwicke, una versión que, con una pedante solemnidad, reinterpretaba la fábula en clave psicoanalítica. El resultado fue una cinta aburridísima que no gustó a nadie.
La sorpresa es que esta Blancanieves es una película de notable alto: divertida, bien escrita, bien interpretada y con una gran fuerza visual. Dice Bernie Goldmann, uno de los productores de la cinta, que lo que se propusieron es "hacer unaBlancanieves en versión real que tuviera el sentimiento, la talla y alcance de una película de animación". Y éste es uno de los grandes aciertos de una cinta que, en ningún momento, pierde ni el ritmo, ni el sentido del humor propios de las buenos títulos de animación.
El arranque -sensacional- con el hilarante discurso de la madrasta contando el cuento tradicional a su manera, sobre unas imágenes animadas, marca el tono: una película que mima todos los aspectos técnicos y visuales (se nota especialmente en este apartado la influencia del director, el indio Tarsem Singh -The fall-, que imprime un vigoroso sello Bollywood a la puesta en escena, las coreografías de las batallas, la fotografía y el vestuario) sin descuidar la historia, el guión. Y aquí el mérito es mayor, porque no hay cuento más conocido que Blancanieves y, sin embargo, sin forzar el argumento ni despegarse excesivamente de la narración de los hermanos Grimm, el equipo de guionistas consigue crear intriga.
En este sentido, el clímax de la famosa manzana me parece una genialidad. Julia Roberts -una actriz que acumula últimamente demasiados errores- borda su papel de odiosa madrastra. Su interpretación tiene numerosos registros que se perderán en la versión doblada. Lily Collins (la hija de Phil Collins) interpreta con soltura una Blancanieves a mitad de camino entre la tradicional princesa de la comedia romántica y la moderna heroína de acción.

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