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Festival de Málaga 2012: Tercera jornada...y segunda, de paso

Os aconsejo que nunca lleguéis tarde a un Festival de cine...porque llegar tarde te puede jugar malas pasadas de percepción. Me explico: yo hoy he visto la sección oficial de hoy por la mańana, y la de ayer, por la tarde. Las de la mañana, muy flojas, las de la tarde, mejores. Mi sensación es que el Festival ha mejorado pero la realidad es que esta segunda jornada ha sido mucho peor que la primera. Abrió Kanimambo,una peli minoritaria sobre Mozambique a caballo entre el documental y la ficción. Después le tocaba el turno a Memoria de mis putas tristes, la adaptación de la novela de García Márquez que, como señalaba Oskar Belategui, tiene el mérito, de momento, de ser la película que menos ha gustado del Festival. Al margen que me resulta muy difícil entender que alguien trate de hacer poesía con la prostitución (que me parece una explotación con todas las letras y muchas otras cosas y cierro el paréntesis porque este blog va de cine y no de derechos humanos pero seguiría) pues además de eso, la película es lentérrima y repetitiva. Un rollo vamos. La mañana había sido tan desoladora que tuve que ahogar las penas con cerveza y pescaito frito (la prueba esta en el twitter y en un par de días subiré la foto al blog, por cierto, me acompañó en el festín una -de momento- desconocida escritora de cine, ya digo, de momento). La tarde, como digo, resultó mucho mejor. Me habían hablado muy bien de A puerta fría, un desolador drama sobre la deshumanización de los entornos laborales. No es una película màs sobre la crisis... O quizàs si, pero tratada desde una perspectiva individual (es decir, de cada uno de los personajes) muy dura pero muy interesante. La película demuestra una gran inteligencia visual: desde el abrupto final (sensacional desde mi punto de vista) hasta el uso de la elipsis. Antonio Dechent borda su personaje y se agradece que la película le de a María Valverde un papel en el que pueda demostrar que es buena actriz (sin tener que mostrar nada mas). Si esperaba mucho de A puerta fria, con Miel de naranjas me pasaba lo contrario. La acogida había sido tibia por parte de todo el mundo y no esperaba casi nada. Y, sin embargo, a pesar de algunos peros (guerra civil again, algunos tics maniqueos o mejor dicho, simplones e infantiles -por qué nadie quitó ese plano del cadáver-cruz gamada?-, y cierta premiosidad en el desarrollo) me encuentro una cinta con unas interpretaciones notables, con una fotografía bellísima, con una historia tremenda (porque todas las guerras y posguerras lo son) y algunos puntos de giro muy conseguidos. Redonda? No. Digna, si. Para acabar la jornada se presentaba Seis puntos sobre Emma, la opera prima de Roberto Pérez Toledo que demuestra en esta cinta, muy imperfecta, que habrá que seguir atentos a la pantalla. La película naufraga en un guión que se deshace pero cuenta con mas de una idea interesante y una interpretación sensacional de Verónica Echegui. Mañana màs.

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