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Festival de Málaga 2012: Los niños salvajes nos dan La clase


Quinta jornada del Festival y última para la menda que ha adelantado algunas pelis para poder cerrar la semana en Madrid. Hoy la programación servía plato doble de cine pedagógico. En primer lugar, Ali, la opera prima de Paco R. Baños que cuenta la historia de una joven de 18 años, Ali lo han adivinado, con pánico a conducir y a enamorarse. Lo de los coches no queda muy claro por qué pero lo del amor es acción-reacción por tener una madre que lleva años dando tumbos afectivos. Ali es una película digna, con algunos problemas de ritmo pero con aciertos indudables. Por ejemplo, la pareja protagonista (sensacional Nadia de Santiago y muy bien Verónica Forqué), el personaje de Julián Vilagrán o la mirada crítica, y al mismo tiempo, condescendiente hacia unos adultos que, por no decidirse a serlo, se llevan por delante las vidas de sus hijos.
Una cosa parecida es lo que cuenta Patricia Ferreira en Los niños salvajes, aunque mucho más escorado hacía la crítica hacia los adultos, que a ratos suena un poco demagoga. Me explico, la cinta recoge los conflictos de tres adolescentes y sus (malas) relaciones con sus padres, profesores, tutores y todo adulto que se les ponga por delante. Lo que hace Ferreira es "copiar" La clase (en la rueda de prensa reconoció que la cita francesa le había encantado pero aunque no lo dijera, hay momentos calcados) trasladando la acción a un instituto catalán y rociando la acción de un discurso que en La clase no se daba. De Los niños salvajes me han gustado muchas cosas: la forma de construir la historia (a modo de thriller fragmentado que hace que se entienda más la tremenda faena que ha supuesto que tuvieran que interrumpir la proyección a 20' del final por un fallo técnico), el ritmo de la narración y las estupendas interpretaciones del trio protagonista y la mayoría de los adultos. Y no me ha gustado la parte didáctica, la clase, el mensaje. Con la que está cayendo, en gran parte por culpa del nefasto sistema educativo, es simplista defender el "Yo soy rebelde porque el mundo me hizo así, porque nadie me ha tratado con amor". A pesar de que, como en el caso de Ali, en esos padres de los niños salvajes preocupados por la comida sana y sin tiempo para hablar, está el quid del problema. Pero que nos lo cuenten más sutilmente. Sin darnos una clase.

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