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Cuando Kasdan perdió a Lassie



Lawrence Kasdan, 63 años, es todo un nombre: es el guionista de En busca del arca perdida y de las dos secuelas de La Guerra de las Galaxias, por ejemplo. Y es el director de más de media docena de películas más que decentes y el director y guionista -con su mujer, como en ésta- de Grand Canyon, una fábula sobre la deshumanización que siempre me ha parecido estupenda. Pero, como a la mayoría de los genios, le llegó su ocaso en forma de grandes temporadas sin rodar y de proyectos mediocres.
Hacía nueve años que Kasdan no estrenaba. Y vuelve con una cinta muy pobre: la historia de un matrimonio maduro enfrentado al “terrible drama" de la pérdida de su perro. A pesar de semejante sinopsis -más propia de un telefilm de sobremesa- el pase al que asistí estaba hasta la bandera.
De los grandes siempre se espera que vuelvan a demostrar su genialidad. No es el caso de ¡Por fin solos! La historia es tan inane que ni un medido Kevin Kline ni el siempre sobresaliente Richard Jenkins consiguen levantarla. Tampoco es que la película moleste (como no molestaba la cinta de Lasse Hallström y el perrito de Richard Gere)... ni la antipática Diane Keaton ni la rutinaria planificación incomodan excesivamente.
Simplemente, es una cinta flojísima como muchas de las que se estrenan. Y con todo, hay un hilván en la película que revela que Kasdan fue -era, quizás lo siga siendo- un buen dialoguista y un fino observador de la condición humana con muy mala baba. Lo malo del hilván es que a veces asoma y otras no. Si en vez de hilvanar benévolamente y cerrar con azúcar, Kasdanhubiera apostado por pespuntear su crítica a la estupidez humana que mira el futuro en lonchas de bacon, otro gallo nos cantaría. ¡Por fin solos! sería, a pesar del chucho, la vuelta de Lawrence Kasdan.
(Publicado en www.filasiete.com)

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