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Una botella en el mar de Gaza: Amor en tierra hostil


Tal es una joven judía de origen francés que vive en Jerusalén con el temor de los atentados. Naim es palestino, vive en Gaza. A través de una carta, enviada en una botella, y muchos correos electrónicos forjarán una amistad que pretende superar al odio que sacude su tierra.
El inmortal romance de Romeo y Julieta le sirve al francés Thierry Binisti, para hablar del terrible conflicto que sigue azotando Oriente Medio. Para esto, Binisti se apoya en la novela homónima de tintes autobiográficos de Valérie Zenattique se ha encargado, con el director, de la adaptación.
Estamos ante una película modesta en sus aspiraciones pero bastante interesante. Zenatti cuenta en su novela sus vivencias como joven adolescente francesa que emigra a Israel y las emociones que le produce la sangrienta lucha que mantienen seres humanos separados por apenas unos metros de distancia. En la película, estas reflexiones, que en la novela son cartas, se convierten en una historia de amor, o mejor dicho, de búsqueda de entendimiento.
Lo que arranca como un melodrama que podría haber sido rosa termina siendo, gracias a un tratamiento documental, una estética realista y unas interpretaciones llenas de naturalidad, una interesante visión sobre el conflicto y sus posibles vías de salida, que no son otras que la comunicación y la lucha por el entendimiento. En este sentido, la importante presencia de las nuevas tecnologías -especialmente Internet- más que un recurso para hacer avanzar el argumento es el auténtico pilar de la historia.

Crítica publicada en filasiete.

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