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La trastienda de Donosti I: Arbitrage y Amour

Cuando digo que me voy a cubrir San Sebastián la gente me mira con envidia. Me imaginan viviendo en el María Cristina, viendo peliculones desde un palco, comiendo pinchos, bebiendo exquisitos cócteles y asistiendo a fiestas estupendas a pie de playa... Y si, todo eso es verdad, en parte, en una mínima parte... Aquí hablaré estos días de cine, pero voy a contar también la trastienda de Donosti: cómo vive un periodista medio esta maravillosa y estresante fiesta

Día 1, viernes 21.
Llego a Donosti con la hora justa para acreditarme a toda caña y ponerme a ver la primera película. "Como cada año", pienso, en lo que será mi pensamiento más recurrente en las próximas 24 horas.

En la entrada me encuentro con Yolanda Ferrer (Wanda) que está con Pablo Berger. Yo me acerco a Berger como si fuera Spielberg porque, desde hace un mes que vi Blancanieves, pienso que Berger es un genio... Pero, aunque sea un genio no está acreditado, y no le dejan pasar al Kursaal. La pobre Yolanda está desesperada y nos pide a David Martos (periodista en ABC y Tentaciones plus), que andaba también por allí, y a mi, que lo tuiteemos. Momento subidón: entre que a mí si me dejan entrar al Kursaal y al -casi seguro- ganador de la Concha de Oro no, y que su jefa de prensa me pide que lo tuitee como si mi cuenta de Twitter fuera la de Shakira, la que me creo un genio ahora soy yo. Tuiteo... pero flojito... vaya a ser que me lea Koro, la jefa de prensa del Festival, que la pobre bastante tiene con lo que tiene y a lo mejor el año que viene en vez de amarilla me da una acreditación malva, por ejemplo, y solo puedo entrar a los servicios del Kursaal. 


Pablo Berger, esperando a entrar en el Kursaal
Berger consigue entrar. Y yo me acredito en 5' (la experiencia, que dicen, ya no hace falta que me expliquen todos los folletos que me dan en el mostrador). 


Acreditada!

Me he acreditado por Telva pero tengo que mandar material para el resto de los medios que trabajo. Medios variados que van desde la crítica cinematográfica high-level de Fila Siete a la moda high-level también de Telva. A unos les interesa la entrevista en profundidad con el posible ganador del Oscar, el análisis crítico de los premios de otros festivales y, si de paso, puedo tomarme un café con un prestigioso director vietnamita pues mejor que mejor. Al otro lado interesan sobre todo las fotos, la alfombra roja, dónde cenarán los actores y, ya puestos, cuál es su pintxo favorito. En Madrid todo parecía muy fácil y, al grito de L'Oreal -porque yo lo valgo-, venía con el bolso lleno de invitaciones para fiestas, programación de pases y miles de cacharritos para hacer fotos, tuitear y grabar red carpets. En la maleta, por supuesto, los vaqueros y el vestido largo de Sita Mur. Luego se demostrará que no tener el don de la ubicuidad es un serio problema en Donosti.

Mi primera parada es cinéfila 100%. Se inaugura la Sección Zabaltegui con Amour, la película de Michael Haneke que ganó la Palma de Oro en el último festival de Cannes. Amour es una historia sobre la vejez y la muerte contada en clave hanekiana: esto es, dejando al espectador machacado y con ganas de tirarse al Cantábrico en cuanto acabe la película. Haneke, a ratos, es un puñetero genio y hay algunos tramos de la película sensacionales, conversaciones que golpean de puro realismo, dedos metidos en el ojo, pero lo que me cuenta Haneke se me derrumba en el último tramo. No es una mala película pero es tortuosa, desalentadora, triste y también conmovedora. 

Gonzalo del Prado (A3) haciendo
fotos a los espectadores en la alfombra roja
Con el corazón en un puño me voy a la alfombra roja. Mi falta de pericia como paparazzi la resuelvo con consultas puntuales a Gonzalo del Prado, de Antena 3 que además de ser un tipo hiper-experto es muy generoso y se presta siempre a ayudar en lo que haga falta (en breve publicaré en Twitter una foto que lo demuestra). Por MD a Twitter, que es la forma más rápida de comunicarse con Gonzalo, le pregunto a qué hora tengo que estar... al segundo me contesta que, para coger buen sitio, tendría que estar ya, así que vuelo a la red carpet. Llego, me coloco y hago fotos y tuiteo como si no hubiera un mañana (entremedias podría contar mis sudores frios contemplando como chupaba batería el iphone...y no había llegado todavía Richard Gere: la tensión daba para un corto en plan Buried pero os ahorro la narración). Por cierto, en la tribuna que ponen para los gráficos -la gente iba con sus cámaras de tv y yo con mi iphone desbateriado- coincidí con un tipo de TVE que me dio una entrada para poder invitar a alguien a la Gala. Como luego se esfumó, lo escribo aquí para darle las gracias.

La Gala bien... pero se ve mejor por televisión. Después -ya había terminado mi función de paparazzi- volví a convertirme en crítica y me quedé a ver Arbitrage,  un correcto thriller de un director novel, Nicholas Jarecki, que cuenta, como gancho, con la presencia de Richard Gere y Susan Sarandon. Esta historia de ladrón de guante blanco  al que un desgraciado accidente amenaza con destruir su éxito profesional y su equilibrio familiar tiene a favor su rabiosa actualidad y a Susan Sarandon y en contra su falta de originalidad. Sirve para pasar el rato y es una película digna... pero poco más. Alguno me ha dicho que soy dura con la película porque la vi a las 22:30 después de cubrir la alfombra roja... quizás tengan razón.



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