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Goyas 2014 y la tentación de la manta


Reconozco que estos Goyas me pillan un poco a contrapié. Entre otras cosas, frente a una cosecha de cine español como la del año pasado -que fue impresionante- esta edición se presenta descafeinada. Las películas que más me han gustado los últimos meses -Stockholm, Gente en sitios, Tots volem o Ilusión- no están ni siquiera nominadas a mejor película, ergo, es seguro que no se llevarán el Goya. Se lo llevarán otras películas. Algunas me entretuvieron pero no las considero buenas películas y otras, además de no ser buenas, ni siquiera me entretuvieron. No hay una clara favorita, aunque pienso  que, a pesar de las abultadas nominaciones de La gran familia española, el gran duelo quedará entre La herida y Caníbal. En este panorama, Vivir es fácil es mi apuesta... Y eso que no es peli de mi devoción pero, ya lo he dicho, no compiten mis favoritas...Y Trueba es del Atlético.

No me pillan a contrapié solo por eso. Me da pereza que, un año más, la party amenace convertirse en mitin. Reconozco que hace unos años tenía su gracia y era un recurso resultón para armar dos buenos titulares (uno para digital y otro para papel) pero ahora...ahora no me puedo quitar la sensación de día de la marmota.

La misma sensación, por cierto, que tengo en los trámites de acreditación (hay gente a la que le gusta añadir un elemento de intriga cada año, como si fuera nueva...). La marmota, again.

Y luego está el frío y el sueño que se pasa y el madrugón del día siguiente y que es domingo...

En resumen, que este año he tenido fuertes tentaciones de quedarme en casa y seguir la Gala en el sofá con el pijama, una manta y un cuenco gigante de palomitas. Si, en el fondo, susurraba una vocecilla, lo vas a ver mejor... Y en casa tienes wifi y enchufes por si muere la batería del móvil mientras tuiteas y nadie te va a estar fiscalizando la muñeca para comprobar si te puedes mover por esa zona, o te estás colando.

Pero al fin y al cabo, en las fiestas, aunque sean mitineras, largas, sosas o aburridas, es mejor estar a que te las cuenten. Y además, si las tienes que contar, hay que estar. Así que, allí estaré, para contárselas a los lectores de Fila Siete, Telva y Aceprensa. Y estaré con otros periodistas que, igual que yo, vencieron la tentación de la manta para contarles a sus lectores de primera mano lo poco o mucho que haya que contar. Y nos lo pasaremos bien...si ustedes también disfrutan.

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