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Vista en San Sebastián 2016: Playground. ¿De verdad hace falta rodar esta película?

La noticia ayer fue que casi un centenar de espectadores se levantaron del Kursaal en la última escena de esta película polaca. Y no me extraña porque esa mañana yo había hecho exactamente lo mismo (y me dedico a la crítica de cine así que no me suelo asustar con lo que sale en la pantalla). 

La película cuenta de una manera brutal el ya de por sí brutal asesinato de James Bulger. Violencia homicida de niños contra niños.

Al margen de sus valores cinematográficos, que como resumía ayer una compañera en Twitter son nulos (es el no cine), cabe preguntarse si es necesaria esta película o sencillamente sobra. Ni es arte, ni belleza, ni diversión, ni enseña, ni ejemplariza (porque en unos niños de 10 años no hay un excesivo sentido moral) y para enseñar a los padres lo que un niño puede llegar a hacer les basta con leer la noticia en el periódico. La película solo horroriza. Es barbarie. Y me diréis que la barbarie también merece ser mostrada. Si es a cambio de nada, lo dudo.

Del 1 al 10: 0

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