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Visto en Donosti 2017: Alanis

Se llevó dos premios, y de los grandes -mejor directora y mejor actriz protagonista- pero reconozco que no me terminó de convencer la historia de una joven prostituta madre de un niño de pocos años que se ve perseguida por la policía y la encargada de asuntos sociales cuando detienen a su compañera de piso y de trabajo por un delito.

Y no me convence por dos cosas, una de carácter cinematográfico y otra extra-cinematográfico. El guion de Alanis es algo simple, no hay apenas subtramas, hay muy poco arco de transformación de los personajes, es una sucesión de anécdotas nimias que no permite al espectador que conecte con la protagonista por lo que le está contando (otra cosa es que lo haga por su situación vital). 

Pero es que, además de esto Alanis tiene -en mi opinión- un gran problema "ético" y es una cierta superficialidad al afrontar el debate sobre la prostitución. 

Estamos en lo de siempre, no dudo que habrá mujeres que ejerzan la prostitución libremente pero hay una amplísima mayoría que lo hacen forzadas, en primer lugar, por su situación económica y lo hacen, además, en un clima de extorsión, amenaza y abuso no solo por los proxenetas sino porque el propio ambiente de la prostitución es un ambiente viciado. Hay que reconocer que eso si se refleja bien en algunas escenas de la película pero en otras abunda el buen rollo y la consideración de la prostitución como un trabajo más... 

A mí, mostrar un burdel como un piso compartido de amigas que salen a trabajar cada mañana o cada noche, siempre me ha parecido -como mínimo- un poco irresponsable. Pero a lo mejor son cosas mías...

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